martes, diciembre 01, 2009

Recomiendan incorporar elementos de responsabilidad social en incentivos de las empresas

El Economista.es, Noviembre de 2009 .
La incorporación de cuestiones relacionadas con la responsabilidad social en las estructuras de incentivos de las compañías es una de las principales recomendaciones que hace la Fundación Alternativas para el desarrollo de una economía sostenible que salga del actual estado de crisis.

La entidad que preside Jose Manuel Eguiagaray presentó hoy su informe anual sobre responsabilidad social corporativa en España y que este año se titulaba “La RSC ante la crisis”, en el que ha abordado temas la economía sostenible, la gestión del ahorro, y las estructuras empresariales, además de analizar sectores empresariales como el turismo, los medios de comunicación, el transporte aéreo y las Pymes.

Así, sobre los incentivos se afirma que “tienen que estar alineados con los valores definidos por las organizaciones” para promover en su seno y en las relaciones con los grupos de interés.

Por otra parte, también considera que las empresas deben reflexionar sobre el significado de la responsabilidad social en su contexto económico y social, “saber cuáles son los prioridades y cuáles no lo son tanto”, estando atentos al entorno cambiante que les rodea.

En cuanto a la gestión de la RSC, recomienda que la persona o unidad encargada de impulsarla debe contar con el apoyo explícito de la alta dirección, y los órganos de gobierno y de dirección tienen que mostrar un interés activo “y estar al día de cuáles son los pasivos de confianza de la empresa”.

Respecto a los informes de responsabilidad social asevera que los expertos la consideran “insuficiente o irrelevante”, por lo que las empresas deberían de profundizar en el concepto de materialidad, y enmarcar los resultados con el referente de unos objetivos previos establecidos.

La última recomendación hace referencia a la gestión adecuada de la cadena de suministro que se considera clave para controlar una parte significativa de los riesgos reputacionales de las empresas.

El estudio ha sido dirigido por el profesor Alberto Lafuente y ha contado con la colaboración de KPMG, así como de expertos en materia de responsabilidad social.

La RSE está capeando la tormenta económica en EEUU

Voice of Corporate Citizenship, 07 de octubre de 2009.
Los hallazgos del estudio “State of Corporate Citizenship in the United States 2009” dado a conocer recientemente por el Boston College for Corporate Citizenship (BCCC) revela que, a pesar de la recesión, las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) están arraigadas en un creciente número de empresas en Estados Unidos. La mayoría (un 54%) de los líderes empresariales reportan que la atención hacia los esfuerzos en RSE son incluso más importantes en una recesión.

Los ejecutivos también dicen que las empresas deberían adoptar un rol mayor en la resolución de problemas en el cuidado de la salud, seguridad de los productos, educación y cambio climático, y descartar la necesidad de mayor regulación.

El equipo investigativo también vio una expansión significativa en los esfuerzos de sustentabilidad ambiental (productos, servicios y operaciones ambientalmente amigables) y una integración creciente de la RSE en la estrategia de negocio, con un 75% de los CEOs liderando la agenda y un 40% de todas las empresas (65%, en el caso de las grandes compañías) con un equipo o un individuo asignado para trabajar en estos temas.

Tal como en la encuesta del 2007, los datos también muestran que las actitudes de apoyo a la RSE son fuertes, pero quedan algunos vacíos entre esas creencias y las prácticas e inversiones de algunas empresas.

Los principales hallazgos del estudio comprenden:- A pesar de los trastornos en la economía, la mayoría de las empresas de EEUU no está realizando mayores cambios en sus prácticas de RSE. De aquellas que hicieron cambios, un 38% redujo la filantropía/donaciones, un 27% aumentó los despidos y un 19% redujo la investigación y desarrollo (R&D) para los productos sustentables.
- La mayoría de los ejecutivos senior cree que los negocios deberían estar más involucrados en abordar los grandes temas públicos como el cuidado de la salud, la seguridad de los productos, la educación y el cambio climático. Encuestados en junio, justo cuando el debate por la salud pública se intensificó, un 65% dijo que las empresas deberían involucrarse más en el tema.
- La reputación fue citada en un 70% de los casos como un impulsor de la RSE, empatado en el primer lugar con “se adecua a las tradiciones y valores de la compañía”.
- La respuesta a la RSE durante la recesión fue distinta según el tamaño de la empresa. Las más grandes aumentaron sus inversiones e involucramiento en actividades de responsabilidad social, pero tendieron a despedir más gente. Las compañías más pequeñas permanecieron firmes en su propósito de tratar bien a sus empleados minimizando los despidos, pero disminuyeron de manera importante su atención a otros aspectos de la ciudadanía corporativa.
- Basadas en las condiciones económicas actuales, 15% de las empresas están aumentando la investigación y desarrollo de nuevos productos sustentables; 11% está ampliando el marketing y comunicaciones de la RSE; y un 10% está extendiendo la manufactura y/o contratación local.
- La mitad de las empresas están apoyando la capacitación de sus empleados que ganan menos de US$40.000 al año y ven estos esfuerzos como un estímulo a la productividad.

La empresa como comunidad de personas

CAPITAL , Noviembre del 2009.

por Rolando Medeiros.
El diálogo social está orientado a construir ambientes de confianza, para que empresarios y sindicatos superen aprensiones y promuevan condiciones para construir una verdadera responsabilidad social empresarial y, también, sindical.La empresa es tal vez uno de los agentes sociales más relevantes en la sociedad actual.
Se trata de una comunidad que integran personas de manera diversa y con responsabilidades específicas, aportando el capital necesario para su actividad. Es propio de las organizaciones, entonces, ejercer el rol de unidad que constituye su principal capital social.
Cuando la empresa es entendida como una comunidad de personas con intereses compartidos y objetivos de bien común, posee una responsabilidad mayor en la interrelación con cada uno de sus públicos objetivos.Dentro de éstos, los más importantes son sus trabajadores.
Por esto, de cara a los grandes desafíos que nos presenta el siglo XXI, hoy más que nunca se hace necesario redimensionar el valor y el sentido profundo del trabajo como fuente de dignidad personal, de estabilidad familiar y de paz social. Desde esta mirada, la empresa tiene el deber de ofrecer un trabajo digno que promueva el desarrollo integral de sus colaboradores, en todas sus dimensiones.
En este contexto, los sindicatos enfrentan también un creciente desafío para cumplir con la labor representativa de sus asociados y de todos los trabajadores. En este rol de representación, además de hacer valer sus legítimos derechos, deben promover que sus intereses y necesidades materiales, humanas y trascendentales sean tenidas en cuenta en cada decisión que los afecte.
Cuando los sindicatos asumen como compromiso profundo este rol social, velan eficazmente por los intereses de todos los trabajadores, viven la empresa como una familia y se entregan a ella con cariño, diligencia y responsabilidad, conscientes de que su esfuerzo redundará en el bien de todos. Al mismo tiempo, cuando los líderes empresariales dan testimonio con su actitud, palabras y ejemplo de que son dignos de la confianza que se ha depositado en ellos, se crea una cultura empresarial cimentada en el respeto y en la dignidad de la persona humana.
Justamente, el diálogo social está orientado a construir ambientes de confianza mutua para que empresarios y sindicatos superen aprensiones recíprocas y promuevan en conjunto condiciones para construir una verdadera responsabilidad social empresarial y también sindical.
Para ello, es fundamental fomentar la capacitación de los dirigentes sindicales, con el fin de que ejerzan un liderazgo debidamente informado, apto para representar eficazmente a sus bases y para que puedan negociar en un ambiente de respeto en el que todos ganen. Se evitará así escaladas confrontacionales de suma cero y agendas extra laborales.
El gobierno, por su parte, es un tercer actor clave en la construcción del diálogo social. Es responsable de crear el marco regulatorio necesario sobre el cual operar, diseñando una legislación laboral moderna que fomente la inversión, la creatividad y la innovación y lo suficientemente flexible para crear más y mejores empleos.
Un verdadero diálogo social redundará con el tiempo en negociaciones sólidas, dotadas de profunda reflexión, basadas en un trabajo colaborativo desarrollado con empatía, participación, sentido de subsidiariedad y solidaridad.
El diálogo social se presenta, entonces, como un camino alternativo eficaz para equilibrar la situación dispar de poderes dentro de la empresa y potenciar intereses comunes. Pero para construirlo no se debe olvidar que la vocación fundamental, tanto de empresarios como de dirigentes sindicales, es servir y trabajar por el bien común, tal como lo enseña la Iglesia en su doctrina social.
Próximamente, estos cuatro actores –trabajadores, empresarios, gobierno e Iglesia– estarán presentes en la conferencia: Diálogo Social ¿Sabemos conversar? organizada por USEC, que busca ser un espacio de colaboración entre estos actores y promover la construcción de relaciones laborales colaborativas y productivas, cimentando una forma de hacer empresa más inclusiva, solidaria y humana.

La apuesta ambiental de Viña Cono Sur


CAPITAL, noviembre del 2009.


El efecto del cambio climático sigue cobrando fuerza en las decisiones de negocios de las empresas. Por eso, Viña Cono Sur se sumó a la tendencia mundial de medir su huella de carbono, como parte de la certificación de la norma ISO 14.064, proceso que finalizará en enero próximo y que la catapultará como la primera viña en el mundo en avanzar hacia esa modalidad.


Al interior de la compañía controlada por el grupo Concha y Toro cuentan que la norma busca transparentar y dar credibilidad a la reducción de gases de efecto invernadero.


Para la medición de la huella de carbono, adoptaron dos protocolos muy reconocidos en el mundo: uno que estará enfocado al ciclo de vida del producto (PAS 2050) y otro que apuntará a la totalidad de la empresa (Greenhouse Gas Protocol).Supimos que la compañía decidió poner en marcha un área de Desarrollo Sustentable que estará a cargo de todos estos temas, con un equipo interno de colaboradores y varios asesores externos.


Por trabajo no se quedarán: la medición involucra una colaboración proactiva de todas las reparticiones de la viña.

Pocas empresas miden los retornos de la RSE

BSR, Noviembre 2009.
Sólo el 30% de las empresas tienen un sistema de medición del retorno de la inversión que hacen en materia de responsabilidad social, frente al 31% que afirma que no lo hace y el 37% que dice lo hará en breve, según una encuesta realizada por Business for Social Responsibility (BSR). El cambio climático y derechos humanos, principales prioridades de los profesionales en la materia.
A este respecto, los principales indicadores que miden las compañías son la reputación, el ahorro de costes a corto plazo, la satisfacción de los empleados, la innovación, la marca, y el valor de la acción.

Según el estudio “BSR/GlobeScan State of Sustainable Business Poll 2009”, la mayoría de los encuestados están de acuerdo en que la responsabilidad social y/o sostenibilidad tiene unos beneficios desde el punto de vista de la reputación que están incrementándose.
Además, los encuestados también señalan que están aumentado las demandas de los grupos de interés y se está teniendo en cuenta los ahorros de coste a largo plazo y la eficiencia.

CAMBIO CLIMÁTICO

Por otra parte, el cambio climático y los derechos humanos son las principales prioridades de los profesionales que trabajan en el campo de la responsabilidad según la mencionada encuesta.
El principal elemento de las estrategias de cambio climático de las empresas es la eficiencia energética, señalada por un 44% de los entrevistados; seguida de la innovación tecnológica y la sensibilización de los consumidores, con un 11%; y el trabajo con los proveedores, con un 9%.
Las principales barreras a las que deben de enfrentarse son las prioridades estratégicas de competividad, la recesión, la presión financiera a corto plazo, y la falta de políticas marcos sobre la materia.

Este estudio ha sido llevado a cabo entre 274 profesionales que trabajan en el campo de la responsabilidad social procedentes de 15 países que acudieron a la última conferencia internacional organizada por BSR.

Primera Bolsa de valores de Cambio Climático

COMUNICARSE, Noviembre 2009.
La empresas de servicios financieros Celfin y de la Fundación Chile anunciaron esta semana la puesta en marcha de lo que será la Primera Bolsa de Cambio Climático en un país en vías de desarrollo. La Bolsa Climática de Santiago (SCX) negociará bonos de carbono surgidos de proyectos de reducción presentandos por empresas o particulares y que serán previamente evaluados por un Comité Técnico.

Según Juan Andrés Camus, socio de Celfin, en declaraciones recogidas por el matutino El Mercurio "el proyecto implica la inversión de un monto entre 3 y 5 millones de dólares y podría estar operativa incluso durante 2010.

"Todas las grandes empresas en Chile eventualmente van a enfrentar el tema de la trazabilidad y huella de carbono, así que este tema se irá haciendo cada vez más importante", comentó a América Economía Juan Guillermo Garretón, presidente de la Fundación Chile.
Según destacaron los impulsores de SCX la Bolsa representará una gran oportunidad para importantes sectores económicos de Chile y América del Sur como la minería y la aeronavegación, a la vez que redundará en un beneficio ambiental superlativo para el entorno chileno.

La SCX será una bolsa desmutualizada ya que los operadores no requerirán ser accionistas. Los proyectos de reducción de CO2 generados por empresas o individuos deberán ser presentados a un directorio técnico que los validará y registrará. Ya generadas las reduccione de emisión de cada proyecto, la SCX emitirá certificados de reducción que podrán ser comercializados en la Bolsa Climática de Santiago.

John Ruggie encuentra incoherencias en la ISO 26000

COMUNICARSE, Noviembre del 2009.

Esta semana se difundió por distintos ámbitos una carta de John Ruggie, representante del Secretario General de la ONU para Asuntos de Derechos Humanos y Empresas Multinacionales, en la que critica ciertos enfoques del borrador de la próxima Guía ISO 26000. Aunque destaca que la Guía señale a los Derechos Humanos como parte sustancial de la RSE, el experto sostiene que vincular la responsabilidad social a un concepto tan ambiguo y manipulable como la “esfera de influencia” de las empresas le quita coherencia a la herramienta, y no condice con los lineamientos de la ONU en Derechos Humanos. En su visión, no se puede atribuir responsabilidades sobre la base de un concepto tan débil.
Para Ruggie, es una buena iniciativa que la ISO genere una herramienta de promoción como ésta; considera que en líneas generales está en sintonia con los mandatos de la ONU sobre Derechos Humanos y Empresa pero, a la vez, analiza algunas "inconsistencias" que a su entender tiene la Guía a la hora de delimitar la responsabilidad de las empresas en asuntos sociales y de Derechos Humanos.

"La referencia al concepto de "esfera de influencia" en la sección de derechos humanos corresponde en líneas generales con la forma en que se describe en el marco de la ONU: a saber, que puede ser una herramienta útil en la identificación de oportunidades de apoyar los derechos humanos, pero que la influencia de por sí no es una base adecuada sobre la que atribuir responsabilidades específicas en materia social a las empresas", enfatiza en uno de los párrafos de la carta.Para el también académico de Harvard "el proyecto de orientación es internamente incoherente en este tema, y más allá de la Sección de Derechos Humanos, el resto es incompatible con el marco de la ONU en este ámbito. Esto va a enviar mensajes contradictorios y confusos a empresas que buscan comprender sus responsabilidades sociales, y sobre las cuales los interesados tratan de hacer que rindan cuentas".

Ruggie también advierte que esta ambigüedad puede ser peligrosa en lo que atañe al vínculo de "influencia" de las empresas por sobre los Gobiernos.

"La fusión de la influencia y responsabilidad en algunas partes del documento de orientación es contraria al marco de la ONU. En el marco, el alcance de la responsabilidad de una empresa se determina por el impacto de sus actividades sobre los derechos humanos, y por cómo la empresa puede contribuir al abuso a través de las relaciones conectadas a sus actividades", concluye el polémico texto del asesor de Ban Ki-moon.